Iglesia Evangélica Luterana Unida
Identidad
¿O IDENTIDADES?
La Iglesia Evangélica Luterana Unida es hija de la Reforma luterana del siglo XVI. Y también es el fruto del impulso misionero de personas luteranas de Estados Unidos y Canadá a comienzos del siglo XX. Somos producto de la mezcla de ese impulso misionero norteamericano, que vino con la misión de compartir la Buena Noticia de Jesús a la gente de Argentina y en castellano, con la inmigración europea al Río de la Plata que afluyó desde fines del siglo XVIII hasta después de la Segunda Guerra Mundial.
SOMOS PARTE DE LA DIVERSA Y MULTICOLOR CULTURA RIOPLATENSE
Nuestra identidad religiosa es, primero que nada, cristiana: Jesús está en el centro de nuestra fe, y la Biblia es el testimonio clave de nuestra comprensión y nuestra vivencia de Jesús. Y dentro del gran “paraguas” del cristianismo (que incluye a la Iglesia Católica Romana y a las Iglesias Ortodoxas), somos parte del pueblo evangélico. Y dentro del “paraguas” todavía bastante grande de las y los evangélicxs, somos luteranos y luteranas.
Nuestra Fe
Según el Estatuto que la rige (Título 2, Art. 2):
La Iglesia Evangélica Luterana Unida retiene y reconoce:
1
Las Escrituras Canónicas del Antiguo Testamento y Nuevo Testamento como la palabra inspirada de Dios y como las única regla infalible y práctica con las cuales todas las doctrinas y expositores habrán de ser juzgados;
3
La Confesión No Alterada de Augsburgo como correcta manifestación de fe y la doctrina de la Iglesia Evangélica Luterana Unida, basada en la palabra de Dios, y reconoce a todas las iglesias que sincera y fielmente profesan las doctrinas de la Confesión No Alterada de Augsburgo, como Iglesias con pleno derecho a llevar el nombre de Iglesia Evangélica Luterana;
2
Los tres Credos ecuménicos, a saber: el Apostólico, el Niceno y el Atanasiano, como importantes testimonios derivados de las Sagradas Escrituras, y rechaza los errores por ellos condenados;
4
La Apología de la Confesión de Augsburgo, los artículos de Esmalcalda, los Catecismos Mayor y Menor de Lutero, y la Fórmula de Concordia, como en armonía con la única, pura e inmutable fe escritural.