#NiUnaMenos

“Vivas nos queremos- Ni una menos”
Les comparto esta liturgia que he recibido en la mañana de hoy, y que sugiero la podamos tomar en cuenta en nuestras tareas de estos días y o celebraciones, recordándonos que la violencia en ninguna de sus expresiones debe ser tolerada.
Como miembros de la Iglesia Luterana Unida , es muy importante que podamos trabajar en generar conciencia de derechos y denunciar todas las expresiones que generan opresión. Animo también a que podamos participar de la Marcha que se llevará a cabo mañana 3 de junio en diferentes lugares del país!
Con afecto en Cristo,
Wilma Rommel
Pastora Vicepresidente
(la Liturgia está tomada de la Red de Liturgia del Consejo Latinoamericano de Iglesias: http://tinyurl.com/jkm5fxz)
Es el pan que se come cada día en la mesa de la casa y con el que hoy recordamos a las mujeres solas, con sus niños y a veces también con esos compañeros hoscos, celosos, violentos; que les dan miedo y por eso todo se callan.
Que este pan simbolice a estas mujeres golpeadas, abusadas, que quieren salir de esas situaciones y tienen miedo, no pueden, no se atreven. Que este pan nos convoque a orar por todas esas mujeres, y por nosotros, para tener el coraje, la fuerza y el amor de acercarnos a ellas y acompañarlas a encontrar nuevos horizontes. ORAMOS: En este momento cuando las sombras de la noche todo lo cubren, me estremece pensar que en algún lugar, que en muchos lugares hay mujeres y/o niños que son golpeados, torturados; Que están sufriendo bajo el poder diabólico de hombres que se creen con poder, la tortura de la agresión física, la tortura de la violación, la de los golpes allí donde más duelen. Puedo imaginarme el dolor pero no puedo sentirlo; Tú sí, Señor del Cielo y de la Tierra, puedes sentir con cada uno ese terrible e injusto dolor. Y sé muy bien que puedes tomar el dolor de cada uno para que ya no lo sientan más. No sé exactamente dónde están, pero tú conoces todos los rincones, aun los más oscuros y terribles. No conozco sus caras, pero tú conoces su corazón. Por eso Señor los entrego ante tu cruz. Amén EL PAN DE SALVADO: “Bienaventuradas las que lloran porque ellas recibirán consolación”. Mateo 5:4. Este pan oscuro hecho con la cáscara del trigo nos recuerda a las mujeres jóvenes que son engañadas y llevadas a lugares oscuros, donde son obligadas a prostituirse en las más miserables condiciones. Este pan las recuerda, tal vez no tengamos todos sus nombres pero el Señor las conoce a cada una y hoy las ponemos delante de su presencia y oramos para que Dios enjuague sus lágrimas y así puedan sostener la esperanza de una vida mejor. “Sin clientes, no hay Trata” (así dicen los carteles). Esta noche como tantas Señor, Pienso en aquellas jovencitas casi niñas Que aún contra su voluntad o engañadas, Las dejan desnudas frente a un desconocido Para que éste las tome y las haga suyas. Miran de reojo la sucia cama donde la volcarán Y se le echará encima, Y esa luz mortecina y lánguida Que muestra grandes sombras en la pared Parece vaticinar lo que se viene. Su corazón aletea y no es de amor, es de terror, Su mente vuela y no puede pensar, Sólo quiere salvarse de lo que se viene, Sus piernas se aflojan Porque el miedo es más grande que sus fuerzas, E irremediablemente vuelve a mirar la cama Y se pone a llorar. Clamo por ellas Señor, que conoces sus nombres, Sabes sus historias y en esta noche te necesitan Como Dios de amor y compasión. EL PAN DURO: Queridos hermanos, no tomen venganza ustedes mismos, sino dejen que Dios sea quien castigue; porque la Escritura dice: “A mí me corresponde hacer justicia; yo pagaré, dice el Señor.” Romanos 12:19. En este pan, el pan duro como sus vidas, nos acordamos de las que fueron víctimas de femicidios, miles de mujeres en manos de violentos y depravados perdieron sus vidas (en Argentina una mujer es asesinada cada 30 horas). Y esta situación que nos pone frente a toda injusticia, frente a toda pena y tristeza, y muchas veces, nos enfrenta con el miedo, hoy la ponemos delante de DIOS, especialmente le pedimos por justicia y fuerzas para reclamar por esa justicia por aquellas que ya no están, y le pedimos a DIOS caminos nuevos donde estos crímenes no tengan más lugar. Que este pan nos alimente en justicia y solidaridad. LAS GALLETITAS DULCES: “Bienaventuradas las de limpio corazón, porque ellas verán a DIOS”. Mateo 5:8. Las galletitas dulces nos recuerdan a todas las niñas y adolescentes en nuestra sociedad, a las de nuestra familia, y a todas las otras. Nos recuerdan a aquellas que no tuvieron la palabra de amor cuando la necesitaron y crecieron de golpe en la familia o en la calle sin techo, iniciándose en la prostitución y/o haciéndose mamá antes de tiempo. A aquellas que se enredan ingenuamente en las redes sociales y son engañadas para luego ser violadas y/o matadas. A las niñas y adolescentes que tienen que trabajar en casas donde hay “patrones” que se aprovechan de ellas. Que las galletitas dulces nos recuerden la lealtad que debemos a niñas y adolescentes, la solidaridad y la justicia en nuestro trato con ellas. Oramos para tener ojos y descubrir estas situaciones antes que sucedan, oramos para “tener tiempo” y sentarnos con ellas y escucharlas sin enojarnos, amándolas. EL PAN REDONDO: ¡Mi única ayuda eres tú! No me dejes solo y sin amparo, pues tú eres mi Dios y salvador. Aunque mi padre y mi madre me abandonen, tú, Señor, te harás cargo de mí. Salmo 27:9 -10. En este pan redondo, nos acordamos de todos aquellos niños y niñas que quedaron solos. Porque se llevaron a su mamá, porque la mataron, porque su papá no se sabe donde está o porque fue condenado por matar a su compañera. Oramos al Señor por estos niños y niñas, para que el abandono sea menos duro, oramos por aquellos familiares que se hacen cargo de ellos, y oramos por sus vidas en crecimiento, para que siempre encuentren alguien que les haga la leche, los peine para ir a la escuela y los tape de noche para que no tengan frío. PIENSO EN LOS PANES… El pan, ese alimento cotidiano que a veces comemos casi sin darnos cuenta. El pan que cocinan tantas mujeres para ganarse el sustento de cada día. El pan que fue grano de espiga orgullosa, grano que fue triturado, para que surgiera en molienda dura junto a muchos otros granos un polvo muy fino que amasado se convirtió en pan. El pan que Jesús en la última cena con sus amigos lo entregó como su propio cuerpo. • Invitar al diálogo sobre lo que dijimos de cada pan, que las mujeres presentes que lo deseen, puedan hacer sus reflexiones y sus oraciones. • Compartir los panes con algún dulce que hayamos traído. “El Señor está cerca, para salvar a los que tienen el corazón hecho pedazos y han perdido la esperanza”. Salmo 34: 18 Liturgia elaborada por la Pastora Cristina Dinoto (Iglesia Evangélica Metodista Argentina). |