Mensaje de Navidad
“El Nacimiento del Jesucristo fue así: María, la madre de Jesús, estaba comprometida con José, pero antes de unirse como esposos se encontró que ella había concebido del Espíritu Santo” Mateo 1:18
La historia de Navidad nos muestra que la experiencia de Dios, como Lutero supo bien, se esconde en otras experiencias, en lo aparentemente contrario a lo que creemos que es la majestad y gloria divina. i
Los relatos del nacimiento de Jesús en los evangelios de Mateo y Lucas nos muestran a Dios manifestándose a personas comunes. Una joven embarazada lleva en su vientre la esperanza para Israel y para el mundo. Ella, soltera aún, tiene a su prometido que considera seriamente abandonarla. Todo parece ir a contramano, pero Dios guiará la historia de la salvación en medio de las historias humanas. Dios elige a María para que nazca, al fin, aquel que cambiará la historia del mundo. María es, paradójicamente, el canal de Dios a riesgo de experimentar su embarazo como una vergüenza pública.
La iglesia no es Jesucristo pero vive de su mensaje liberador. En ese sentido somos como María llevando a Jesús con humildad, amor y esperanza. La comunidad cristiana tiene como tarea estar embarazada (llevar en su cuerpo) de todo lo que el Evangelio significa para nosotros y nosotras, no solamente por una doctrina sino por una forma de vida, de existencia comunitaria y compartida con muchas personas. María fue una joven mujer humilde de su pueblo, mujer creyente y agradecida, y obedienteii a Dios. Para poder colaborar con la transformación y la sanación del mundo, la vida de María debió ser dramáticamente transformada.
Como iglesia también estamos llamados/as a ser humildes y obedientes, y a identificarnos con los humildes, a recibir a personas de toda edad, a animarnos para una fe alegre y compartida, y a tener a Dios como el fundamento de nuestra existencia. Cuánto deberá ser transformada la iglesia para colaborar eficazmente con la transformación y la sanación del mundo?
El mismo Dios que obró en la historia a través de una mujer, rompiendo patrones culturales instituidos, hoy sigue actuando y desafiandonos como Iglesia a dejarnos sorprender por nuevas formas, y nos guía en el aprendizaje para ser comunidades inclusivas, animándonos a superar toda discriminación.
finalmente, la pregunta central que nos hace el evento de la Navidad es “ Estamos dispuestos a que sea Dios mismo quien toque el centro de nuestro ser, la médula de nuestros huesos, las sombras de nuestra psiquis, los escondrijos de nuestras emociones, la red de nuestras relaciones? Ser sanado es nada más y nada menos, que dejar que Cristo tome forma en y entre nosotros.”iii
Estamos dispuestos? Estamos dispuestas? No hay ninguna garantía de que vaya a ser sencillo o indoloro (sino más bien todo lo contrario) Pero es como Dios elige actuar en la historia para la transformación del mundo; para la sanación del mundo.
Que nuestro Señor Jesús visite nuestras vidas. Con todos los costos personales e institucionales que esto implique. Que sea, de verdad, Navidad en nuestras vidas.
Buenos Aires, Adviento de 2014
Wilma Rommel Gustavo Gómez
Pastora Vicepresidente Pastor Presidente
Notas
i GUILLERMO HANSEN: “En las fisuras. Esbozos luteranos para nuestro tiempo, Bs.As., IELU, 2010, p. 173.
ii Por supuesto que no se trata de que María “es obediente porque es mujer”. La obediencia a Dios nos atañe a mujeres y varones!
iii GUILLERMO HANSEN: “En las fisuras…” , p. 189