
Declaración por la vejación de hermanas y hermanos del pueblo Qom
“HE VENIDO A TRAER VIDA Y VIDA ABUNDANTE”
Ahora que de nuevo han sido golpeadas y humilladas, golpeados y humillados
hermanas y hermanos de las comunidades Qom en el norte de la Argentina, resuenan en
nuestros corazones y conciencias estas palabras de Jesús (Juan 10.10), fundacionales y guías
para nuestras iglesias cuando se constituyeron como Junta Unida de Misiones el año 1964,
junto a los pueblos indígenas del Chaco: “Yo he venido a traer vida y vida en abundancia”.
Uno de los mayores problemas a enfrentar entonces –y sigue siendo todavía– el
racismo imperante en la región que sometía a las Comunidades Qom y Wichi a una situación
de semi esclavitud en todo sentido. La Misión se vincula con pueblos sobrevivientes de
avasallamientos y genocidios incluyendo el de la última dictadura militar. Estas personas y
familias fueron sometidas a vivir la pérdida de sus territorios, de sus farmacias, de sus
almacenes y de sus espacios sagrados, como decisión política para ponerlos al servicio de la
colonización.
A más de medio siglo, hoy las Iglesias que se convocaron en esta Junta de Misiones
siguen trabajando, en un contexto que poco ha cambiado. Sigue el racismo en amplios
sectores de la ciudadanía y en decisiones de políticas de estado que explotan cada vez que los
Pueblos Indígenas reclaman el respeto de sus Derechos Territoriales. Ahora, en tiempo de
pandemias, son sospechados de ser propagadores del hoy Covid-19, y mañana puede ser otra
enfermedad, sanitaria o social o económica.
Muchos medios de Comunicación, Docentes, Policías y distintos Funcionarios dan
rienda suelta a lo peor de sus prejuicios sin medir las consecuencias en las víctimas y en
quienes tenemos ojos y oídos para descifrar sus mensajes racistas y discriminadores, que los
acusan de ser “vagos, enfermos, haraganes, que piden y piden y nunca se conforman”.
Miramos a nuestro alrededor y nos preguntamos dónde están los frutos de la
Evangelización –Buena Noticia– en una sociedad con una de las mayores poblaciones
cristianas del país. Muchas veces nos sentimos como el Pedro bíblico, enfrentados a
situaciones como cuando él es invitado a comer cualquier comida sin ninguna discriminación,
y luego tiene que hablar ¡con extranjeros “impuros” y en sus casas! Lo que le lleva a decir
“ahora entiendo que de veras Dios no hace diferencia entre una persona y otra, sino que en
cualquier nación acepta a los que lo reverencian y hacen lo bueno” (Hechos de los Apóstoles,
10).
Dentro de este contexto, la Buena Noticia para el desafío misionero nos viene desde el
monte chaqueño en palabras de Jesús, según el Evangelio de Lucas, 4.18-19:
“El Espíritu del Señor está sobre mí,
porque me ha consagrado
para llevar la buena noticia a mujeres y hombres pobres;
me ha enviado a anunciar libertad a presos y prisioneras
y dar vista a los ciegos;
a poner en libertad a las oprimidas;
a anunciar el tiempo favorable del Señor”
Y nosotros esperamos y oramos porque toda nuestra sociedad y todos los poderes –del
Estado y de medios de comunicación, poderes sociales, económicos y culturales– tengan
corazones y conciencias para respetar la vida y la dignidad de los pueblos indígenas.
Pastor Luis Macchi, Presidente Iglesia Discípulos de Cristo.
Pastora Carola Tron, Moderadora. Iglesia Evangélica Valdense del Río de la Plata.
Pastor Gustavo Gómez, Presidente Iglesia Evangélica Luterana Unida.
Pastor Gerardo Oberman, Presidente Iglesias Reformadas en Argentina.
Pastor Leonardo Schindler, Presidente Iglesia Evangélica del Río de la Plata.
Pastor Américo Jara Reyes, Obispo Iglesia Evangélica Metodista Argentina.